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punto de entrar a la zona con Andrew Loog Oldham, un personaje importante del panorama musical británico por haber sido manager de The Rolling Stones, nos pidieron que firmáramos un formulario indicando donde enterrarnos si nos mataban. Era surrealista". En Comuna 13, Daniel descubrió el gran impacto que tiene la música en las personas. "Siempre lo había visto como un entretenimiento, pero allí escuché a gente diciendo que el hip-hop les salvó la vida. Este género ayudaba a sacar a los jóvenes de las bandas callejeras, dándoles una forma diferente de expresarse y crear música”. Daniel se inspiró para combinar su amor por la música con el poder del teatro que había experimentado en sus comienzos con In Place of War. “Todas las formas de arte son válidas para los que viven en zonas en conflicto", dice. “No importa lo mala que sea la situación, siempre hay un espacio para el arte. El significado cambia según el momento: durante la peor parte del "EL ARTE ABRE ESPACIOS PARA CONVERSACIONES" Ruth Daniel conflicto, sirve de distracción; y en una fase más avanzada, sirve para reflejar lo que ha ocurrido y aceptarlo”. In Place of War trabaja mediante una red en constante evolución de más de 80 personas relacionadas con el arte y dispuestas a cambiar el mundo desde sus propias comunidades. Las relaciones de la organización con una localidad o país duran años a veces. En Uganda, por ejemplo, In Place of War lleva más de una década creando espacios culturales, programas de emprendimiento, un festival musical e incluso un grupo de teatro ideado para 44 / Jaguar Magazine
Mundo Los proyectos de In Place of War en Uganda utilizan la música y el baile para impulsar el cambio social FOTOS: JACOB SIMKIN (P.40); KATIE DERVIN (P.42-45) cambiar la percepción que tiene la gente sobre los discapacitados a causa del conflicto. Daniel cita el ejemplo de MC Benny, un artista de hip-hop de la ciudad de Gulu, que ahora dirige un negocio agrícola donde trabajan otros 15 artistas. El dinero que consiguen les permite dar clases de hip-hop en la cárcel de la localidad, animando a los jóvenes a cambiar la delincuencia por la música. Daniel dice que estos proyectos son fundamentales para los que se acostumbran al conflicto. “Para mí, el sonido de las armas en Palestina era alarmante, pero para los que viven allí es completamente normal”. In Place of War ha establecido muchos proyectos en la región, entre los que cabe destacar la Palestine Music Expo, que ha supuesto una gran ayuda para los artistas palestinos. La organización recolectó equipos musicales por valor de más de 300.000 dólares para espacios culturales de la zona, incluidos campos de refugiados y personas formadas que imparten talleres. La organización pretende llegar cada vez a más países a través de differentes proyectos. Quizá el mejor ejemplo es GRRRL, un movimiento internacional de música electrónica que da voz a las mujeres de lugares en guerra. Bajo la dirección de la brasileña Laima Leyton –de la banda belga Soulwax– más de 40 mujeres de países como Zimbabwe, Bangladesh y Venezuela han contribuido con un proyecto que ha producido un álbum y realizado actuaciones en directo desde Londres hasta Australia. “Las mujeres de estos países son de las personas más marginadas del mundo. GRRRL les permite expresarse e inspirar a otras". Daniel siente que siempre merece la pena el tiempo invertido en este tipo de proyectos y los efectos aún siguen sorprendiéndola, a pesar de su dilatada experiencia. "El poder del arte no deja de sorprenderme. Abre espacios para conversaciones que no hubieran tenido lugar de ninguna otra forma. Si no, ¿cuál es la gracia de vivir sin la oportunidad de expresar nuestra creatividad?”. J Jaguar Magazine / 45