Noches de neón Arlene

Noches de neón Arlene Schnitzer Concert Hall; (página siguiente) cóctel de café Pick-Me-Up y Smoke Stack de Tasty n Daughters, con torrijas de natillas, hamburguesa de salchichas, mozzarella, huevo frito, sirope de arce y jalapeño 22 / Jaguar Magazine

Viajes COCINANDO CON ELECTRICIDAD Con sus restaurantes y food trucks con colas que dan la vuelta a la manzana, Portland se ha convertido en el paraíso de la contracultura culinaria. Visitamos la ciudad en el Jaguar I-PACE eléctrico para conocer a sus estrellas de la gastronomía Texto Danielle Centoni Fotos Bryce Duffy na de las mejores cosas de las ciudades turísticas es que suelen tener un plato emblemático. San Francisco tiene el pan de masa madre, Nueva York la pizza, Nueva Orleans el gumbo (entre otros)... Es como si cada ciudad ofreciese un recuerdo comestible, un plato que te transporta a un lugar concreto del planeta y dice “Usted está aquí”. Después está Portland, una ciudad de la costa norte del Pacífico que ha logrado hacerse un hueco en el mapa culinario y que, no obstante, no tiene ningún plato representativo. Aun así, llegan hordas de turistas atraídos por una cocina fresca, asequible y experimental sin pretensiones. La ciudad compensa con creces esta falta de un plato emblemático con su espíritu independiente y contracultural. Es el lugar que vio nacer a Voodoo Doughnut, donde después de fritos se glasean con chicle en polvo o Kool-Aid de uva. Es donde empezó el fenómeno Salt & Straw, que sirve creaciones tan novedosas como el pan de calabacín con pepitas de chocolate. Es donde los carritos de comida como Gumba sirven platos de una suave pasta casera rociada con cerveza y adornada con otro tipo de ingredientes como flores y frutas. Jaguar Magazine / 23