UN DÍA, DOS AVENTURAS

UN DÍA, DOS AVENTURAS De vuelta a las calles del centro de Múnich, las laderas nevadas del Zugspitze parecen a un mundo de distancia. Siguientes: la famosa Eisbachwelle, la ola urbana para los amantes del surf. de la tabla cortando la nieve virgen en medio de un silencio total. Unos segundos después, Daniel llega a un punto de no retorno y, tras coger impulso, se lanza al aire. Lo observamos mientras hace un giro de 360 grados y planea en el cielo azul. Durante lo que parece una eternidad, somos testigos de este pequeño milagro. Sin nadie más a nuestro alrededor, la combinación del paisaje alpino, la nieve virgen, el cielo despejado y el preciso aterrizaje de Daniel sobre su tabla es una auténtica epifanía: nos descubre la esencia del snowboard, un momento de pura libertad que nos provoca una irrefrenable sensación de envidia cuando el maestro de la tabla se para junto a nosotros y nos suelta un “¿Os ha molado?”. Pasamos el resto de la mañana siguiendo sus pasos, mientras ellos conquistan un obstáculo natural tras otro. Descubrimos que Basti se fracturó la columna no una vez sino dos en cuatro años, lo que no fue obstáculo para que volviera a subirse a su tabla. “Es parte del juego”, afirma encogiendo los hombros antes de lanzarse por un desnivel de cuatro metros. Ante este espectacular campo de juego, Daniel no puede evitar lanzarse una y otra vez sobre la nieve en busca de la acrobacia perfecta para hacer las delicias de nuestro fotógrafo. Nuestros aventureros derrochan energía, pero todavía les queda una larga jornada por delante tras degustar un rápido almuerzo mientras las sombras juegan con la montaña. Es hora de volver al bullicio del centro de Múnich y más vale que nos demos prisa si queremos coger la ola. Durante décadas, la Eisbachwelle ha sido un imán para surfistas de todo el mundo, que han peregrinado en masa a la capital bávara. Esta mítica ola, situada en el corazón de Múnich, antes solo rompía durante unas pocas semanas al año cuando las condiciones del río eran perfectas. Pero todo cambió en los años ochenta, cuando Walter Strasser, leyenda viva del surf alemán, decidió tomar cartas en el asunto. Ni corto ni perezoso, una noche se plantó en el sitio con un generador para tener luz y colocó un sencillo pero resistente riel de ferrocarril a lo ancho del lecho del río. El riel hacía que la ola rompiera en el punto exacto y hoy los surfistas pueden disfrutar de sus 1,5 metros de altura durante todo el año. Múnich se ha convertido en una auténtica meca para los amantes del surf, como pueden comprobar los visitantes de la ciudad en cualquier época del año. Todos los días se agolpan en la orilla del río docenas de surfistas, equipados con sus neoprenos y sus shortboards personalizados, ideales para este tipo de ola. Y tampoco faltan los turistas y espectadores de todo tipo, que se dan cita para animarlos. “Hay muchísima gente, sobre todo en verano”, afirma Daniel saliendo del río tras su primer contacto con el agua. “Pero aquí se practica surf todo el año y a cualquier hora. Yo antes venía a las cinco de la mañana en pleno invierno para estar solo. Así es como se aprende. Está claro que lo hacemos para pasarlo bien, pero si quieres mejorar hace falta un punto de obsesión. Las cosas no llegan porque sí”. Detrás de nosotros, Basti ha hecho sus primeros giros sobre la ola, tratando de controlar la tabla en estas turbulentas aguas. En cuanto se cae y es arrastrado por la fuerte corriente, el 64 THE JAGUAR

“ANTES VENÍA A LAS CINCO DE LA MAÑANA EN PLENO INVIERNO PARA ESTAR SOLO” FOTOGRAFÍAS: RASMUS KAESSMANN, MATTHEW MICAH WRIGHT / GETTY IMAGES siguiente surfista le toma el relevo. El espectáculo es realmente impresionante: las horas pasan y, mientras la tarde se consume, nuestros dos amigos no se cansan de lanzarse al río en lo que parece una sucesión infinita de pequeñas batallas contra la ola que nunca muere. El cielo ya no es azul y la calma del Zugspitze ha dejado paso al atronador ruido del desbocado río urbano y los coches que lo cruzan por el puente que hay encima. Parece que hayamos viajado entre dos realidades paralelas, conectadas solo por las ganas que tienen nuestros acompañantes de mostrarnos lo mejor de sus mundos. “La vida es esto”, sentencia Basti, cuando los dos reyes de la tabla dan finalmente por terminado el día, con los neoprenos chorreando y la piel enrojecida por el sol alpino de esa misma mañana. “Vivir aquí es un lujo porque puedes elegir: montaña o río, invierno y verano, lo tienes todo a mano”, apunta. “Sería de tontos no aprovecharlo”. El día llega a su fin y son pocos ya los que aguantan en la ola: solo un pequeño grupo de esforzados surfistas que tratan desesperadamente de conseguir esa pirueta que tienen entre ceja y ceja. Y, ¿qué hay de Daniel y Basti? Ellos han echado ya el cierre a la jornada, ¡y menuda jornada! Pero para ellos esto es el pan de cada día. Mañana volverán a subirse a sus tablas. Y pasado. Mientras el cuerpo resista. OTROS PARAÍSOS SIMILARES destinos europeos más populares entre los amantes del esquí y, además, está a solo dos horas en coche de la Costa del Sol. El Palo, a las afueras de la preciosa CALIFORNIA Big Bear ciudad de Málaga, es una Mountain y Big Bear Lake parada obligada para los (arriba), en California, ofrecen unas condiciones mag- surferos. níficas para no bajarse de la ANDES CHILENOS tabla en todo el día. Situados a menos de dos horas Andes chilenos es un sue- Hacer snowboard en los de distancia, permiten disfrutar la nieve por la maña- cumplir. Pero, ¿por qué ño que muchos ansían na y las olas por la tarde. conformarse solo con la nieve? Empiece el día en SIERRA NEVADA El dominio de Sierra Nevada en también de las olas de Val- Santiago y podrá disfrutar Andalucía es uno de los paraíso, en el Pacífico. THE JAGUAR 65