Viajes Algunos dicen que
Viajes Algunos dicen que el deber del mestre es sagrado; es un padre, un erudito, un líder El club de la lucha (Arriba) Mestre Nenel, hijo del padre fundador del estilo regional, con Mestra Preguiça; (abajo) Mestra Nani con el instrumento de cuerda berimbau Un mar de posibilidades Vistas desde la casa y la capilla de la antigua Quinta do Unhão, con las tranquilas aguas atlánticas enmarcando una puesta de sol en Salvador Todo el mundo, incluido yo, quiere hablar con Mestre Nenel. Es hijo de Mestre Bimba, el padre fundador de la capoeira regional. La capoeira tiene dos vertientes principales, pero muchas variantes. La regional se suele considerar más deportiva y rápida, con etapas de desarrollo más claras, incluyendo un sistema de cordones coloreados, aunque incluso esto varía de una escuela a otra. Angola se asocia con Mestre Pastinha, que defendió un estilo más tradicional. Algunos partidarios de la unificación han tratado de fusionar las dos vertientes en la capoeira contemporánea. Mestre Bimba supo ver el potencial educativo de la capoeira y se volcó para legitimar el arte, según su hijo Mestre Nenel. Él y su esposa, Mestra Preguiça, llevan a cabo una impresionante variedad de proyectos sociales para jóvenes por pocos recursos. Tienen mucho interés en transmitir que su misión es proteger y promover los principios de Mestre Bimba para fomentar un sentido de pertenencia y realización plena entre sus alumnos. Mestra Preguiça explica a qué puede deberse el atractivo tan amplio y profundo de la capoeira: «Es inclusiva. Todo el mundo puede practicarla». Ella ha visto cómo ha aportado un sentido a la vida de niños perdidos en barrios de favelas y consuelo a las mujeres a las que enseñó en una prisión alemana. También explica que estos no son sus nombres reales, sino apodos con los que se les bautiza cuando se gradúan. Mestra Preguiça (que significa perezosa) recibió ese nombre porque como alumna era demasiado tímida para lanzarse a la roda, lo que su maestro interpretó como pereza, y el nombre perduró, aunque es evidente que no la define en absoluto. Al regresar a las vertiginosas calles de Pelourinho, todavía siento el eco de los tambores retumbar en el pecho. En Salvador el ritmo está en todas partes, en el paliqueo de la samba en los altavoces del coche y en los atronadores blocos afros (grupos de percusión). Como es bien sabido, Paul Simon filmó aquí el vídeo de The Obvious Child. Adoptó los complejos polirritmos de los tambores locales de Olodum para su álbum The Rhythm of the Saints. La única vez que la música deja de oírse aquí es cuando las ensordecedoras campanas de iglesia resuenan por toda la ciudad. Se dice que hay una iglesia para cada día de la semana en Salvador, pero de hecho hay muchas más de 365. El catolicismo y el candomblé conviven mezcladas como las 26 / Jaguar Magazine Jaguar Magazine / 27